Con el encendido del árbol de Rockefeller el 1 de diciembre ha llegado oficialmente la Navidad a Nueva York, la época más mágica del año en esta ciudad, que se ha ganado a pulso su fama. Pasear por sus calles – por supuesto bien abrigado – es un espectáculo de luces y ambiente navideño. Ese que te hace querer estar cerca de los tuyos. A mí me quedan solo unos días: el próximo miércoles vuelo a España para caligrafiar las icónicas cajas azules en la tienda de Tiffany los días 10, 11, 17 y 18 de diciembre. Queridos madrileños y madrileñas, si estáis pensando en regalar algo de la marca me encontraréis en su tienda de Ortega y Gasset personalizando vuestras cajas con todo el cuidado y cariño del mundo. Os espero con toda la ilusión.
Después de 5 meses viviendo aquí, estoy deseando ver a familia y amigas; como estamos todos bien vacunados podremos abrazarnos agusto. Serán 10 días en los que pienso aprovechar al máximo todo lo español que he echado tanto de menos este tiempo. Mi madre me preguntó el otro día qué quería comer el día que llegase a casa. No lo dudé ni un segundo: cocido mamá, por favor. Y mucho pan, que llevo sin probar 5 meses. Así, con las pilas bien cargadas, me volveré a Nueva York a disfrutar de las Navidades en esta ciudad, esas con las que Fer y yo venimos fantaseando tantos años. Por supuesto, con su ball drop de Times Square y todo lo que sea menester. Los villancicos al niño Jesús, eso sí, en español.
Querida lectora, querido lector, ahora viene una noticia que quizás no te guste demasiado, pero déjame contarte bien, seguro que me entiendes y te alegras por mí. Con este post número 20 me despido de mi querido Blog, que tantas alegrías me ha dado pero que también me quita demasiado tiempo del que ahora no dispongo (y esto va a más, os podéis imaginar la cantidad de bodas y eventos que se han pospuesto para el próximo año). Familia y amigas me han recomendado muchas veces publicar de manera menos periódica, o no hacer vídeos semanalmente. Pero soy una perfeccionista enfermiza, y yo soy de todo o nada.
He sido fiel a mi cita de los viernes sin faltar a ninguno desde que llegué a Nueva York en julio, y me parece que este post navideño número 20 puede ser un buen broche a la experiencia de compartir mis primeros meses viviendo en Nueva York que he disfrutado una barbaridad. Gracias por leerme cada semana, por cada uno de vuestros mensajes, por privado o en público, me han hecho la misma ilusión siempre. Gracias Rocío, Lauren, Silvia y Morgan por vuestras recomendaciones de auténticas new yorkers.
Me seguís teniendo en Instagram y me queda mucho Nueva York por exprimir. Y esta nueva etapa con más disponibilidad la pienso disfrutar al máximo. Gracias de corazón por haberme acompañado. Me despido como siempre, con mi semana neoyorquina en imágenes (y música, siempre). Os mando un abrazo grande desde Manhattan ♥